Lo cierto es que ambos factores son igual de peligrosos y «culpables» con respecto al hecho de padecer obesidad sin embargo un estudio llevado a cabo en EEUU ha puesto de manifiesto algunas conclusiones con respecto al papel que juega el sedentarismo o la falta de ejercicio físico en el desarrollo de la obesidad.
El estudio comparaba mujeres que practicaban ejercicio físico con otro grupo que no lo practicaba. Los que no practicaban deporte ingerían más calorías que aquellos que sí hacían algún tipo de actividad física.
Además, aquellas mujeres que no padecían obesidad pero no practicaban deporte tenían una mayor circunferencia abdominal lo que se relaciona con obesidad abdominal, un tipo de obesidad tan peligrosa como la generalizada.
La falta de tiempo y el «no llegar a todo» ha hecho que la mayoría de personas pero en especial las mujeres renuncien a la práctica de algún tipo de ejercicio físico ya que no queda tiempo para ello (entendiendo como ejercicio físico no necesariamente la práctica de deporte como tal sino simplemente el mantenerse activo y moverse, caminando, bailando, en bici, etc…) y este es uno de los elementos principales que contribuyen a que cada vez sean mayores los porcentajes de población con sobrepeso y cada vez existan mayores tasas de obesidad.
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